María Elena Leyva Benítez
Sabemos que en la instrucción y educación de un niño a través del trabajo de cada uno delos maestros que suelen acompañarlo por la vida siempre existirá "algo" que se quedará grabado en él, todos los conocimientos pasarán, todo lo mejor de esos conocimientos, se quedarán pero lo que en realidad se queda es la transformación de esa mente infantil en un ser positivo o negativo; según los maestros y maestras que influyeron en su mente, cuerpo y psyque.
Mi objetivo al inscribirme en este diplomado es aprender más y más y más para poder hacer más y más y más en bien de ese ser que estará en mis manos durante diez meses, pero estaré en sus vida por toda su eternidad, razón de más para hacer bien y si es posible perfecto mi trabajo; con conocimientos, afectividad y utilidad.
Es necesario que todos los involucrados en el quehacer educativo seamos concientes de que nuestro trabajo está gestando un individuo que estará en el futuro conviviendo con seres iguales, diferentes, contrarios o parecidos a él, sus ideas, gustos, amores e intereses.
No deberemos aferrarnos a nuestras ideas, gustos y creencias de lo que es "bueno que aprenda" un niño, sino lo que es bueno, práctico, útil y necesario pues él será el forjador de su destino pero nosotros seremos los que les daremos las armas para forjarlo.
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