sábado, 2 de marzo de 2013

COMO IMPARTO LA HISTORIA.


COMO IMPARTO LA HISTORIA.

 María Elena Leyva Benítez.
 
              En el Prometeo Mexicano, localizado en la cúpula del Hospicio Cabañas, en la ciudad de Guadalajara, en el hermoso estado de Jalisco, el pintor mexicano José Clemente Orozco, nos muestra su visión personal de cómo con  la Revolución Mexicana fuimos transformándonos como Nación, pueblo e individuos, cambiándonos con los diferentes acontecimientos en los que vamos participando y conviviendo.     Es necesario que como individuos aprendamos Historia, pues con la de nuestra nación y las de todas las del orbe, vamos conociendo, dilucidando, comprendiendo y  aprendiendo de las acciones de los seres del pasado, esto me permite  analizarlas para ubicar mi presente, mis acciones, logros y errores, lo que me facilitará  estructurar mi futuro;  teniendo siempre fija una meta,  pero sobre todo que también soy sujeto y participe de la Historia,  de mi historia y de las de los demás. 

               En los libros de texto que manejo también utilizo la Línea del Tiempo que me permite ubicarme y ubicar a mis pupilos en el espacio, tiempo y forma amén de la temporalidad en que se vivió, vive y viviremos.    El estudio de la Historia debe ser vista, escuchada, analizada y aprendida desde los diferentes puntos de vista de las personas con quienes convivimos, trabajamos, compartimos y enseñamos.     

             Para enseñar la Historia; no utilizo un método predeterminado, generalmente el eclecticismo impera pues por medio de la lectura en voz alta (de auditorio), la cual fue elegida previamente, de un ejemplar diferente al libro de texto, me permite introducirlos a un tiempo, hecho histórico o pasaje conmemorativo, realizar posteriormente un análisis y debate para utilizar ese tiempo-hecho en donde mi alumno se sienta parte incluyente, protagonista y gestor o solucionador de la problemática que el texto aborde, algunas veces utilizo pasajes , cortes o filmes videográficos, representaciones, gesticulaciones; en fin todo el bagaje de técnicas, procedimientos y métodos conocidos para lograr que mi clase, tema o período histórico sea significativo, productivo y entendido por mis alumnos.

            Pienso que mi manera de enseñar la Historia se debe a las amenas clases que tuve de mis maestros; desde la primaria hasta la profesional; ellos y ellas las dramatizaban, leían dando énfasis, modulando diferentes voces para los protagonistas, con recortes hacían “cinito” (función de cine), leíamos en canon ,competencias explicativas sobre nuestra percepción de la temática explicada y desarrollada, dramatizábamos aun cuando no tuviéramos el vestuario adecuado , en la secundaria nos hacían recomendaciones de libros que aportaran “un poco más” y para que el aprendizaje fuera más fuerte llegábamos a realizar concursos sobre las mejores preguntas que serían contestadas y formarían el “Cuestionario” del tema, el cuadro sinóptico se elaboraba en el pizarrón y el mejor quedaba como “Testigo” gráfico del tema visto para su posterior análisis y estudio, esquemas, correlaciones gráficas llamadas ahora mapas mentales ,en fin era toda una explosión de talento para hacernos más leve, atractivo y significativo no nada más la Historia sino todas las materias del cuadro básico de estudios.

            A lo largo de mi trayectoria al frente del grupo se que he obtenidos resultados favorables en lo general aunque hay niños que verdaderamente se les despierta la curiosidad y en otros, no les hace ninguna mella pues su entorno familiar, social y habitacional los absorbe, modifica y en ocasiones daña , esto a veces les permite avanzar, detenerse, tropezar, retroceder y en otros levantarse y continuar, el contexto familiar y  comunitario es algo que no debemos dejar de lado pues es el gran obstáculo que debemos conocer, vencer y de ser necesario transformar.

          Si se pudiera hablar de recurso que generalmente utilizo para impartir esta materia y/o asignatura, diré que utilizo todo un universo habido y por haber: libros, enciclopedias, internet, discos, programas comerciales, láminas, dibujos, recortes, todo lo relacionado con videos, películas, historietas y en algunas ocasiones con los llamados “viajes culturales” he acompañado a grupos de sexto grado hasta los lugares o sitios arqueológicos con que afortunadamente cuenta nuestro país.

              Para considerar que hiciera falta para mejorar la práctica en relación a los métodos de enseñanza utilizados y aplicados diré que primero sería mi interés, actitud y aptitud, el compromiso real del padre de familia, el cambio o adecuación de una metodología verdaderamente apropiada para estos tiempos, pero sobre todo el despertar en los niños el verdadero interés para conocer, analizar, comprender y aplicar sus conocimientos de Historia, que le permitirán mejorar su entorno, nuestro entorno y el de los demás.

 

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